Su origen se sitúa en Roma y la receta original se basa en huevos, queso pecorino romano o parmesano, aceite de oliva virgen extra, guanciale y pimienta negra.
Aunque hay cocineros y restaurantes que lo preparan con nata, para los italianos es un gran error.
Por comparar, es como si le echáramos tomate frito a la paella valenciana.
El nombre de esta salsa procede del carbón: en el norte de Italia era un plato indispensable en la dieta de los mineros. También se dice que el efecto visual de la salsa al echarle la pimienta negra se asocia a este mineral. Y de ahí su nombre.

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